Sentí que ya no era parte de tu mundo, tampoco de ti. Por primera vez y quizás por seis años más. Sonrisa fingida y ojos tristes, lagrimosos al borde de querer dejar de existir, al borde de echarlo a perder todo, de cortarte las alas. Pero qué persona más egoísta es la que estoy leyendo!
Quizás te diste cuenta de mi perdida y lejana mirada, quizás no; tal vez notaste lo traslúcido de mis ojos quien sabe; es tan cercano el futuro incierto que se aferra a mis costillas no quiere dejarlo salir ni ser, mi cuerpo ya no disfruta la incertidumbre como antaño, tampoco la manera de mover las siguientes piezas, ya no apetece, ya no siente, ya no...