sábado, 15 de noviembre de 2008

Tan cercano el amor al odio, son vecinos, viven juntos y se salpican, usan las mismas palabras y los mismos gestos, un mismo silencio los une y en las noches muy oscuras, sin estrellas, en las largas noches de invierno, se están sentados en la cama, solos, completamente solos y sabiendo que están allí, uno al lado del otro, alimentándose de una misma gente, devoradores de carne humana, de bocas, de ojos que te comen y que comes y que no te olvidan.

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