Imaginar que alguien explica mis actos cuando guardo silencio. Me gusta ponerme audífonos, cerrar los ojos, sentir que tengo mi propia banda sonora, y que el que está a mi lado es sólo un personaje de ésos sin nombre. Me gusta imaginar que al salir del vagón hay un mundo esperando, que cuando subo a la calle la cámara está fija mientras me alejo, que la gente pasa rápido y gris frente al lente. Yo, en cambio, le doy la espalda. Un paisaje sin mucho contraste, suena una guitarra, una voz áspera... No hay créditos, simplemente la imagen se desvanece.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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