Nunca nadie supo quién era su remitente, de dónde procedía o cuál era el contenido de aquella carta. Pero después de ese momento nunca dejó de sonreír.
jueves, 24 de diciembre de 2009
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Y sus bitácoras personales
Nunca nadie supo quién era su remitente, de dónde procedía o cuál era el contenido de aquella carta. Pero después de ese momento nunca dejó de sonreír.
Publicado por Hey idiota! en 16:30
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